lunes, 7 de febrero de 2011

Abel y sus muñecos

Las buenas cifras que arroja el Puerto de Vigo en el conjunto de la actividad portuaria de todo el estado español, que deberían alegrar a los vigueses de buena voluntad y, entre ellos, a los responsables del gobierno municipal de Vigo, resulta que se le han indigestado al señor alcalde de la ciudad. ¡Qué manera tan peculiar de entender el viguismo! En un nuevo brote de rabia, que curiosamente suele coincidir con cualquier noticia favorable a la gestión portuaria, Abel Caballero ha sacado a escena a uno de los muñecos municipales con los que practica la ventriloquía, en clara competencia con José Luís Moreno y sus muñecos, y le ha obligado a hacer otro vergonzoso numerito de celos electorales, manipulando verdades y trufando mentiras ante los medios de comunicación.

No es que el muñeco-concejal, por sí mismo, haya intentado hacernos pasar a los vigueses por idiotas, es que se ha limitado a seguir el guión establecido por el señor alcalde que, como todos los vigueses saben, está genéticamente incapacitado para responder a esa solemne pregunta previa que se hace en los tribunales de justicia: “¿jura usted decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? Y eso, claro, se contagia a todo el elenco de muñecos, los Santos, los Mariños, los Font las Lauras, que suelen intervenir en sus esperpénticos espectáculos mediáticos.

Los datos del Puertos del Estado y del Puerto de Vigo están ahí para cualquier vigués inquieto que quiera consultarlos, y los falsos argumentos que ha esgrimido el muñeco Font por control remoto han quedado inmortalizados, para su desgracia, en las hemerotecas. Pero ya se sabe que los muñecos no pueden ruborizarse cuando cuentan mentiras. Y en este caso, su tristemente reconocido ventrílocuo municipal y espeso, tampoco. La única ventaja que tenemos los vigueses es que los tiempos en que una mentira repetida mil veces acababa convirtiéndose en verdad, pasaron a mejor vida al mismo tiempo que Goebels.

Total, a lo que íbamos: que tenemos un gobierno municipal constituido por Abel Caballero y sus muñecos, y que dudo que una ciudad de 300 mil habitantes, con los índices de paro que padece, el cierre de comercios, los equilibrios sin red de tantas empresas, la falta de gestión, los peligrosos juegos electoralistas, pueda permitirse el lujo de seguir gobernada por un ventrílocuo que ha perdido la cabeza y un grupo de Macarios, de Rockefeleres, de Monchitos, de Nicoles, de Rodolfos, de Doña Rogelias, que han perdido la dignidad.

Nota.- La réplica viguesa de José Luís Moreno, amenaza con incorporar dos nuevas muñecas a su nuevo repertorio: Elena Espinosa (a la que intentó colocar como Delegada del Gobierno en Galicia) y Carmela Silva, la primera portavoz muda de un grupo parlamentario en el Senado.

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