miércoles, 27 de octubre de 2010

Bicentenariazo

Esta mañana he despertado poco animado, pero he descubierto en RNE, que Juan Ramón Lucas estaba haciendo el programa desde el Auditorio del Concello y recordé que hoy era el Bicentenario. Al poco apareció en las ondas la voz del alcalde. Así que la mañana se animaba. Le han preguntado si se va a presentar a las elecciones y ha dicho que sí, lo que ha suscitado el aplauso de sus palmeros, que le acompañan habitualmente. Lucas, extrañado ante sus aplausos ha hecho un comentario del tipo: usted levanta expectación. La cuestión es: ¿por qué el alcalde se lleva a los palmeros a todas partes? ¿Es que necesita el aplauso permanente porque tiene un problema de egocentrismo?

Son las 6 de la tarde y la repercusión de los actos del Bicentenario fuera de Vigo se reducen a ese programa de radio, a una noticia en la Voz de Galicia y otra en ABC (sobre los premios a las instituciones viguesas). Aún así, da la impresión de que el Bicentenario se reduce a especiales de prensa y actos de Alcaldía.

Creo que Vigo ha perdido una oportunidad de abrirse al mundo. Y echando la vista atrás, pienso que Ruiz Gallardón (de haber sabido esto) podría haber invitado a Abel Caballero a Madrid, para ver como se realizan las celebraciones del centenario de UNA CALLE: la Gran Vía madrileña. Claro que en Madrid tenían más dinero para gastar, pero además la planificación se hizo con mucho tiempo y mucho mejor que aquí. Por eso a nadie se lo ocurrió hablar de derroche, porque ver las imágenes de televisión con la calle intransitable de gente, bastó para hacernos una idea de los ingresos y de lo bien que se promocionó la ciudad entera.

Aquí en Vigo sin embargo, tenemos una rotonda más, una escultura más, unos premios a sus amigos y a unos cuantos más para disimular, y la actuación de una coral que los vigueses hemos visto 200 veces (aunque sea buena).

Dentro de 100 años probamos suerte otra vez.

lunes, 18 de octubre de 2010

La lectura que me estresa

Hace dos semanas estuve en el médico. La edad nos pasa factura a todos, y para eso no hay recetas. Debes alejarte del estrés, dijo. Debería conocer a mis nietos, pensé. Y entonces suspiré por un pasaje en el "Queen Elizabeth".

El tráfico en la ciudad siempre es fuente de estrés y el domingo me acerqué al Puerto con el Faro entre las manos. Pero creo que eso es más peligroso para mí que el cumpleaños de Huguito en el McDonalds.

Leo: "Comerciantes de A Laxe exigen al Puerto accesos al centro comercial al quedar "cegados" por las obras"

La ciudad lleva dos años levantada generando problemas a los comerciantes, peatones, residentes, tráfico... y no ha salido ni un breve, ni una línea.
Pero qué casualidad, que la primera obra del Puerto que puede incordiar al Centro Comercial ocupa una página entera el domingo!

Los cruceristas le han salvado la vida al Centro Comercial A Laxe y estas obras llegan cuando se está terminando la temporada de cruceros. Además el centro comercial tiene varios accesos y no sólo el de las obras.

En Vigo han cerrado en los dos últimos años más de 500 comercios por la mala planificación de las obras, por estar cortados todos los accesos a las zonas comerciales, por resultar imposible acercarse con el coche a muchas calles, en fin, por improvisar y hacer las cosas mal.

Pero el Faro es lo que tiene, que no informa si no que promociona, o desacredita. Y en mi caso perjudica la salud.

Aún así pienso dejar de estresarme, y buscaré un lugar en Vigo donde no escuche el ruido de las obras (pero será dificil desengancharme del Faro)

lunes, 11 de octubre de 2010

Quiero ser funcionario (en Vigo)

No duré mucho sentado en el Banco del señor Alcalde. Harto de levantar la vista y ver la carretera, me fuí directo al Puerto, donde siempre consigo disfrutar de una lectura más relajada, con vistas al mar.

Pero me equivoqué, porque mirar al mar siempre relaja, pero leer la prensa viguesa puede llegar a ser muy estresante. Leo en el Faro de Vigo: “Concello y sindicatos pactan dos pagas de 425 euros a los funcionarios por objetivos y para reducir las bajas”. Y entonces me invade el desconcierto (el horror). ¿Acaso no están reconociendo con estas bonificaciones que existen ausencias injustificadas? ¿Y acaso no están diciendo a su vez que van a ser recompensados excepcionalmente por no ausentarse del trabajo? ¿De verdad estoy leyendo esto? Me pellizco y me duele, así que no lo estoy soñando. Los funcionarios tendrán un sobresueldo por hacer lo que tienen que hacer: ir a trabajar.

Así es Vigo. Solo cabe esperar que esta sea como alguna de esas promesas que hace el alcalde de vez en cuando y que algún día cumplirá… o no.

viernes, 8 de octubre de 2010

El conciertazo del Alcalde

Si señores, uno ya está mayor. Después de pasar toda la vida trabajando, me he ganado el descanso, o al menos el que me permitan mis nietos, y aprovecho mi tiempo para pasear por mi ciudad. Suelo caminar por el Puerto, me encuentro viejos amigos, me cuentan novedades y recordamos otros tiempos. Me gusta ver como Vigo se va transformando y pienso que yo he aportado mi granito de arena.
Esta semana, por lo visto ha habido un acontecimiento extraordinario en la ciudad. Se ha inaugurado una calle. Dicho así no parece gran cosa. Pero cualquier vigués sabe que me refiero a la calle Simón Bolívar y al concierto de piano. Pregunté a un conocido en la zona y me contó que el acto estuvo bien, que cotillearon de lo lindo. Aunque la música apenas se escuchó debido al ruido me hubiera gustado estar. Así que estoy enfadado con el alcalde, porque ya que hemos pagado 600 euros por ese pianista lo mínimo es que me inviten al concierto. Mi conocido estaba allí con varios parados más, y me hubiera gustado acompañarles en su indignación. Mi hija también es una de esos parados que hubiera querido estar en el concierto, y tomar la palabra después del alcalde para poder decirle algunas cosas. Por ejemplo, que hacer calles es su obligación, y no es de recibo poner placas en su honor ni sacar pianos a la calle cada vez que inaugura una. Y le diría que centrase sus esfuerzos en el principal problema al que se enfrenta Vigo: el trabajo.
Yo mientras, me siento a leer en uno de sus bancos, esos que llevan el fantástico letrero que pone Alcaldía, y sigo reflexionando sobre el progreso en mi ciudad, Vigo.