viernes, 25 de marzo de 2011

Un friki en la alcaldía


Si, es verdad. Me preocupa desde hace meses la posibilidad de que Abel Caballero vuelva a ser alcalde de Vigo. Es egocéntrico, mentiroso, prepotente, vanidoso, cínico, traidor, chantajista, desleal, hipócrita, practica el nepotismo, compra conciencias con el dinero de todos y va por la ciudad acojonando al personal, empresarios, sindicalistas, instituciones viguesas, asociaciones de vecinos, periodistas, parroquias como un matón convencido de que el poder de la alcaldía (que le han prestado los vigueses durante cuatro años), puede transformarse en un arma de destrucción masiva sociológica.

Me preocupa este individuo, porque le está sacando partido a la hermosa palabra democracia, pero la ignora y la desprecia en el seno interior de la asamblea local de su partido. Me repugna, porque ha instalado la mezquindad humana en el Concello, ha expandido el cainismo entre los vigueses, ha convertido en siervos sumisos a sus colaboradores, se ha transformado en un tirano friki de comic barato y, como economista, como gestor, ha dejado en evidencia a instituciones universitarias como Cambridge, que debe estar muy arrepentida de haberle otorgado el dichoso doctorado tan cacareado en su biografía.

¿Quién es, de verdad, Abel Caballero? Como alcalde, un vago que se ha limitado a terminar lo que ya habían iniciado sus antecesores, a despilfarrar los fondos del Plan E y a largar mentiras y promesas incumplibles o incumplidas en programas de emisoras de radio y televisiones pagados por todos los vigueses. Nada de lo poco que se ha hecho en la ciudad durante esta legislatura se ha gestado en su despacho, pero todo lo que se ha deshecho, tejido empresarial, puestos de trabajo, negocios comerciales, locales de restauración, actividades de autónomos, es consecuencia, en un elevado porcentaje, de un peculiar alcalde ocupado permanentemente en dar la nota y absolutamente indiferente a dar el callo.

Y no contento con tan nefasta hoja de servicios prestados a la ciudad, va el tipo y renuncia a la única virtud que no poseía por méritos propios, sino por méritos ajenos: el hecho de ser socialista. Se ha inventado el “Abelismo”, ha montando un Comité Central al más puro estilo del comunismo jurásico y ha pasado olímpicamente de la socialdemocracia vigues. Vale, tío.

Entre toda la tierra quemada que ha dejado el paso de Abel Caballero por la alcaldía de Vigo, lo más doloroso es el papelón que le ha obligado a hacer al diario decano de España. Podemos entender que el Faro intente desesperadamente que gane Caballero para seguir ordeñando la vaca de los presupuestos municipales. Lo que resulta incomprensible es que lo apueste todo a un individuo que en definitiva está de paso: la credibilidad de un medio de comunicación, el ridículo que hace cada vez que intenta ocultar informaciones a los vigueses, lo frikis que resultan sus prestigiosas páginas, cuando intentan convertir una mamarrachada del alcalde en una gesta sublime para la ciudad.

Todo es patético. Por donde ha pasado Abel, no crece la hierba, la democracia, el diálogo, la verdad, la libertad, la eficacia, la gestión, el empleo, la unión entre vigueses, la esperanza, las expectativas de futuro. Ni siquiera la ilusión de los socialistas de toda la vida. Se nos ha instalado un friki en la alcaldía de Vigo, y sólo tenemos una oportunidad para remediarlo: ahí ven o maio. Espero que para los vigueses haya mayo, un mayo de cambio y esperanza, y no siga siendo invierno como describía Curros Enríquez

1 comentario:

  1. solo he de decir a esta entrada: cuánta mentira, cuánta demagogia barata y cuánta fanfarronería se suelta de forma gratuíta por internet...en fin, me parece una vergüenza que se digan tantas mentiras!!!

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