martes, 7 de diciembre de 2010

¡Qué mal señor!

Por fin un puente de mal tiempo y no hacer nada. Tengo cinco minutos para sentarme junto al nuevo ordenador y retomar por escrito la batalla contra el desempleo.

Poco más de tres años después de haber accedido a la alcaldía de Vigo prometiendo el "pleno empleo", Abel Caballero se enfrenta a la tozuda realidad de más de 30 mil parados en la ciudad, mil quinientos comercios cerrados e inquietantes amenazas de ERES. Lo sangrante es que sólo ahora, que ve amenazado su "empleo", su alcaldía, empieza a preocuparse por el empleo de los demás. ¡Es una pena que Vigo tenga tan buenos vasallos teniendo al frente a tan pésimo y egocéntrico señor!

Mientras el alcalde lanzaba un emotivo sermón sobre el empleo, atracaba en el Puerto de Vigo, con el que colabora con tanta lealtad la alcaldía, un trastlántico que proporcionaba clientes, euros y alguna esperanza a la ciudad. ¡Obras son empleo y crecimiento económico, señor alcalde, y no buenas razonez oportunistas, electoralistas y vacías de contenido!

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