miércoles, 15 de diciembre de 2010

Abel I “El inaugurador”

Como los antiguos reyes absolutistas, el alcalde de nuestra ciudad se está ganando a pulso un adjetivo que lo va a dejar marcado en la historia de Vigo: el inaugurador. Es una pena que no haya sabido ganarse apelativos más ajustados a la época de crisis en la que vivimos: el sabio, el prudente, el gestor. Pero él ha decidido que este es el camino más corto para renovar la alcaldía. Le han calentado los oídos sus interesados aduladores y ha llegado a la conclusión de que, los vigueses, no están preocupados por el empleo, por la supervivencia de sus pequeños comercios, por el crecimiento económico, por el desempleo juvenil, por los eres y menudencias de esas que ni siquiera parecen despertar la preocupación de algún periódico local.

Ca. Lo que realmente les preocupa a mis vecinos es el asunto ya cerrado de las Caixas, un aeropuerto grande, ande o no ande, un banquito en su barrio, unas aceras coquetas o un auditorio para organizar conciertos que nos permitan no escuchar el coro de tristes lamentos de más de 30 mil parados, 1.500 comerciantes que han cerrado sus negocios, miles de trabajadores de Citroën con la espada de Damocles sobre sus cabezas, hogares en los que se acaban los subsidios de paro y peligran los 400 euros de ayuda a partir de febrero o estudiantes de una universidad que se ha convertido en una fábrica de cerebros para la exportación a mercados del resto del estado o del extranjero.

¿De verdad, en la Plaza del Rey, creen que los vigueses somos idiotas? Si el tiempo y las urnas le dan la razón a los cortesanos de Abel I “El inaugurador”, ¡el señor nos coja confesados a los vigueses!, sea cual sea nuestra edad, nuestra condición o nuestra ideología.

La verdad es que este señor ya prometía antes de ser alcalde. Empezó inaugurando maquetas y utópicos proyectos faraónicos, y ahora se dedica a inaugurar proyectos que ya habían dejado encarrilados en la anterior legislatura municipal, cuando las vacas aún eran gordas. El problema es que, ahora, las vacas no es que estén flacas, sino que están anoréxicas. Yo creo que hay que empezar a distinguir entre inauguraciones productivas, con retorno económico y laboral, e inauguraciones de cara a la galería a la caza y captura facilona del voto. Abel I “El inaugurador”, a bombo y platillo mediático, está insultando a la inteligencia práctica y emocional de los vigueses.

2 comentarios:

  1. ¿Qué puede hacer un alcalde para descender el paro o que los comercios no cierren? Sobre todo pensando que es algo que está ocurriendo a nivel nacional.

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  2. Hola Vermu. Yo no soy político pero creo desde esa posición siempre se puede hacer algo por el empleo. Existe por ejemplo la posibilidad que tiene un gobierno municipal para imponer a empresas concesionarias que exijan un cupo muy elevado de trabajadores de la propia ciudad. Abel Caballero dispuso de un Plan E que contrató obras con empresas que no eran de Vigo y que utilizó mano de obra barata que se traían de Portugal. Existe gran obsesión de este alcalde por promocionar, como grandes éxitos de mediáticos, la ubicación en Vigo de grandes superficies comerciales, en vez de marcar una política de equiolibrio entre nuevos shopings center y el pequeño comercio de la ciudad. Todo ello es política de redistribución de oportunidades y de defensa del pequeño comerciante.

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