lunes, 27 de diciembre de 2010

Humanizaciones inoportunas

Esos días navideños hemos dispuesto de más tiempo para recorrer las calles de Vigo. Rincones que la vorágine del trabajo y la actividad no nos habían permitido contemplar desde hace meses. La ciudad se le aparece a uno de repente como una conocida a la que le han sometido a una nueva operación de cirugía estética.

La primera impresión es que ha cambiado, con sus flores, sus piedras, sus retoques, sus jardineras, sus implantes, causándonos un efecto similar al que ya nos invadió cuando Corina Porro, la alcaldesa pionera en la política de humanizaciones de nuestras calles, nos presentó el nuevo rostro de Vigo. ¡Siempre resulta edificante que un alcalde entrante recoja el testigo de una alcaldesa saliente y continúe con las buenas iniciativas de su sucesora en el cargo! Sobre todo, si además de haber recibido una herencia ya consolidada se encuentra sobre la mesa proyectos muy avanzados para seguir por ése buen camino.

En ése aspecto me felicito, como vigués, de que el gobierno bipartito, aquel que en su periodo de oposición se burlaba de la anterior alcaldesa y la acusaba de haber llenado la ciudad de floreros, haya rectificado y haya convertido a las humanizaciones en el buque insignia de sus cuatro años de mandato. Es el reconocimiento, ante la opinión pública viguesa, de que Corina Porro había acertado en una política con proyección de futuro.

¿Dónde reside, sin embargo, mi perplejidad? Tras la primera grata impresión paseando por Coia, por Policarpo Sanz, Puerta del Sol, Príncipe, compartiendo con vigueses anónimos el orgullo de que nuestra ciudad haya aprendido a maquillarse, te asalta una reflexión que te sacude como un jarro de agua fría: ¿era el momento?. Desfilan por tu cabeza más 30 mil parados, 1.500 comerciantes que han tenido que cerrar sus negocios, autónomos pasándolas moradas, mayores angustiados con sus pensiones, dependientes preguntándose ¿qué hay de lo mío?, y regresas desde el país de las maravillas a la cruda realidad.

Qué buena idea tuvo Corina con las humanizaciones, cuánto es de agradecer que Abel Caballero haya adoptado una política continuista… Pero, ¿es una prioridad en estos momentos de crisis? Como yo pienso que una buena gestión está basada en una correcta política de prioridades, comprendan ustedes que me invadan dudas razonables. Decía Salón, uno de los siete Sabios de Grecia, que “la austeridad es una de las grandes virtudes de un pueblo inteligente”. No sé si ahora llegamos a siete sabios en Vigo, pero si hubiese alguno seguro que defendería con más pasión esa sentencia en estos tiempos de penumbra económica y social.

No es mi intención aguarle la fiesta a nadie, y no tengo nada en absoluto contra los hombres y mujeres que se someten a operaciones de cirugía estética. Pero, chico, cuando me dicen que algún prójimo se ha arruinado o se ha hipotecado para pagar los servicios de un cirujano plástico y estar más guapo, entonces, qué quieren que les diga: lo que me parece una apuesta libre y plausible en tiempos de vacas gordas, se me antoja una imperdonable frivolidad en tiempos de vacas flacas. Es posible que a Vigo lo estén dejando hermoso por fuera, pero por dentro, su gente, sus familias, sus parados, sus comerciantes, sus jóvenes, están hechos unos zorros. Lo que es una virtud en circunstancias favorables, se convierte en un error en circunstancias adversas. ¿Cuándo aprenderán los políticos a priorizar?

1 comentario:

  1. Corina no tuvo la idea de las humanizaciones. Corina humanizó la Alameda. Fin. Solo cambió la superficie dejando como herencia los problemas actuales que salen a la luz, que desde que "humanizaron" no hubo ni un solo día que todas las calles estuviesen bien a la vez. POr no hablar del estado de las canalizaciones como hemos visto ahí atrás con el socavón en Marqués de Valladares.
    No hizo nada más, puesto que las demás "humanizaciones" se han reducido a echar cemento en una calle de coia. Eso es lo que hacía Corina: calidad en el centro, las sobras para los demás.
    ¿De dónde sacó el dinero para la humanización de la Alameda?
    Del dinero que le dieron a Vigo por organizar la Volvo Ocean Race.
    ¿A quién pertenece como patrocinador la Volvo Ocean Race? al Grupo ING Real Estate.
    ¿A cambio de qué le dio ING la Volvo a Vigo?
    La respuesta es fácil: el Centro Comercial Gran Via pertenece a ING ¿vamos uniendo hilos?
    Ese centro comercial, pelotazo urbanístico para los anales de Vigo, tiene orden de derribo más multas para el Concello de Vigo que como tenga que pagarlas, nos deja arruinados.
    Ese es el legado de Corina Porro en Vigo.

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